Cada semana, al leer la misma Parashá que ya hemos leído durante todos los años, pensamos; si esto ya lo leí tantas veces, que tiene de nuevo para enseñarnos. Pero la verdad es que cada vez que leemos la Tora, siempre podemos aprender algo nuevo que no lo habíamos visto antes y aun cuando hay algún tema particular que si lo vimos, es necesario volver a estudiarlo, porque al fin y al cabo somos seres humanos con una memoria muy débil y por ello es importante que se nos refresque cada enseñanza de la Tora todos los años. En esta oportunidad, uno de los temas centrales de la Parashá es el tema de LA ENVIDIA. Koraj que también pertenecía a la familia de Levy y era familia de Aharón y Moshé, al ver que Aharón había sido designado como el Cohen Gadol (sumo sacerdote), entro en una discusión muy fuerte con Moshé. Convenció a un grupo de personas, con la idea de que ellos también eran importantes y que todos tienen derechos y no solo Aharón. La envidia por el poder, llevo a Koraj y a toda la gente que se le sumaron, a un final triste y trágico, la tierra se abrió y se los trago a todos. Dice el Midrash, que Koraj era un gran sabio, una persona honorable y económicamente poderoso. ¿Que lo llevo a Koraj a desear mas? La naturaleza humana, a veces nos lleva a cometer este tipo de errores y nos dejamos llevar por la tentación de la envidia. Y esto es a todo nivel. Si mi amigo tiene un carro mas lindo, pues yo también deseo lo mismo, si el tiene un departamento mas lindo, pues yo también quiero. De esta manera, podemos ser llevados muy fácilmente por la envidia, hacia nuestra propia destrucción. Muy distinta es la envidia sana. Cuando vemos a alguna persona que es un ejemplo de vida, entonces allí debemos tener envidia pero sana, buena. Debemos tratar de imitar los valores espirituales de aquella persona y eso no solo, no es un pecado, sino que es todo lo contrario. Los sabios nos recomiendan siempre mirar a nuestros líderes y maestros para aprender de sus acciones y de los valores espirituales. Que Di-s nos de sabiduría para que cuando tengamos envidia no sea de las cosas materiales del otro, sino de las acciones espirituales, para que nos motive a mejorar en lo personal y llegar a un mayor crecimiento espiritual. Shabat Shalom Rabino Iosef Benchimol