Todos los elementos que se utilizaron en la construcción del santuario en el desierto y los utensilios que allí había, fueron donados por el pueblo de Israel. Pero tal vez el punto más relevante, es el hecho de que todos fueron convocados para donar y así de esta manera todos sin distinciones, pasaron a ser socios en la construcción.

Cual era la cuota mínima que se debía aportar para volverse socio?

La respuesta es, que cada uno dono de acuerdo a lo que su corazón deseaba, dieron lo máximo que podían, no había un monto establecido y tampoco dieron todos el mismo valor. Algunos donaron joyas, otros dieron oro y así cada uno de acuerdo a su situación económica y a sus posibilidades.

Dicen los sabios, que el monto de la donación no hacia a su relación e identificación con el santuario. O sea no es que el que dono mas, tenía más poder en el santuario, sino que el santuario le pertenecía por igual al que dono (por utilizar valores de hoy) un millón de dólares, que aquel que dono un dólar.

Lo que primaba era que se diera con corazón, con amor y alegría, sin ningún tipo de intereses personales. Era una alegría poder participar en esta Mitzvá y nadie dudo en hacerlo en honor a Di-s. Todos eran consientes de que se trataba de la construcción del lugar de morada de la presencia divina.

Moshé puso mucho énfasis en dejar en claro, que no había ninguna diferencia entre la gente rica y los pobres, todos tenían la misma participación.

Esto nos enseña, de cómo debe ser nuestra relación con las comunidades de hoy. Hay gente que piensa que porque no tiene los medios económicos para hacer grandes donaciones, entonces se apartan de la comunidad, o cuando entran a la sinagoga se sientan en un rincón.

Cuando se trata de una sinagoga, que es la casa de Di-s, es importante saber, que aun cuando aportamos una pequeña donación, si lo hacemos con amor y humildad, para Di-s esta donación es tan importante, como la que puede hacer una persona adinerada.

No importa cuánto aportamos, en la casa de Di-s, todos nos sentimos como en nuestra casa.

Shabat Shalom

Rabino Iosef Benchimol