El tema central de la Parashá de esta semana, es sin duda alguna, los diez mandamientos. Los valores espirituales que hemos recibido en el monte Sinaí y que hoy más que nunca son sumamente importantes para la buena convivencia entre los seres humanos. Antes de ser entregada la Torá, Di-s le dijo a Moshé: Así hablarás a la casa de Iaacov y dirás a los hijos de Israel.
A quien se refiere cuando dice la Casa de Iaacov? El Midrash dice que se refiere a las mujeres. Los sabios dicen que Di-s le ordenó a Moshé entregar a las mujeres los lineamientos principales de los preceptos, y a los hombres, los detalles.
Se explica sobre esto, que Di-s le ordenó a Moshé entregar a las mujeres las bases de la Torá, de las cuales se desprenden todos los detalles de las leyes judías, que luego debían ser transmitidas a los hombres.
Las reglas y bases forman la esencia de la Torá. Así también fue el orden en la entrega de los Diez Mandamientos.
Los dos primeros mandamientos, son las bases de la Torá. El primero, es la raíz de los 248 preceptos que hay que hacer y el segundo de los 365 preceptos de no hacer. Vemos pues, que la regla general constituye la esencia de toda la Torá.
De la misma forma las mujeres recibieron la esencia de la Torá. A ellas les fueron entregadas las bases de la misma, mientras que a los hombres les fue entregado solo los detalles. De esto vemos como claramente la Torá destaca la virtud de la mujer en lo que respecta a la entrega de la Torá.
Dicen los sabios, que la luz de la fe en Di-s, en la mujer brilla de una forma más revelada. Di-s creó a la mujer de manera tal, que el intelecto no le impide que su fe se vea debilitada. Es por eso también que la mujer está relacionada a la esencia de la Torá. Y por eso también la pertenencia al pueblo de Israel depende de la madre y no del padre.
En este sentido también será con la llegada del Mashíaj. Así como en la salida de Egipto los judíos fueron redimidos por el mérito de las mujeres, de la misma manera, también el Mashíaj vendrá en mérito de las mujeres.
